Las relaciones laborales regulan el día a día entre trabajadores y empresas. Siempre he dicho que estas son como las relaciones personales que cuando se rompe la confianza y el dialogo se rompe todo. Este día a día se puede hacer muy complejo, demasiado y siempre suele añadir cuando un cliente o colaborador me comenta un problema que donde no llega la ley llega el sentido común. En ocasiones en la sencillez de nuestros actos suele estar la mejor opción, intentar siendo transparentes y directos, claros y respetuosos, las relaciones laborales serían un poco mejor. Siempre he dicho cien palabras de más si ayudan a entenderse en una negociación, aunque en ocasiones también se deba callar.
Ante cualquier situación de ruptura o problema en el marco de las relaciones laborales se debe tener muy presente:
.- con quien te enfrentas
No es lo mismo negociar desde la posición de trabajador o de empresa, en función del tema que se trate.
.- que riesgos corres
Para eso antes se debe analizar que se ha hecho mal o que no se ha hecho de forma correcta y valorar pros y contras
.- que ganas y que pierdes
Si negocio, antes hay que saber hasta donde puedo ofrecer sin infringir las normas laborales y que acuerdos pueden ser ilícitos. Si negocio y cedo no debo incumplir una norma de obligado cumplimiento.
.- que ganan ambas partes
La posición ideal es que todos salgan ganando, porque una vez cerrada la negociación laboral no vale tirarse en cara reproches del » y tú más»
.- el coste de esa negociación
La mayoría de negociaciones laborales tienen un coste económico o una valoración de inversión-retorno. Se debe medir antes de negociar, nunca después.
Y recuerda:
La clave para la negociación es la comunicación